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No hay otra ley que la libertad
Ni otra patria que aquella del soñar.
Corre espada y pluma buscando el paraíso
De la última belleza rendida en el lecho.
No hay voz que describa el ser rey y señor
De su eterna riqueza, perdido en su amor.
Libre de surcar el océano de sus ojos grises
Creando rituales arcanos quemando mi ultima hiel
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¿Hasta que punto es verdad aquella realidad que creemos percibir? ¿Es el mundo acaso plano?
Como el viento y como el mar, mentiras y mesías.
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