Empathie



    Hoy me preguntaba que es lo significa para la gente el concepto de casa u hogar. Según mi percepción una casa es el lugar físico donde nos sentimos seguros, cómodos y en gran parte discurre una vida placentera. Es el lugar donde dormidos, hacemos el amor, comemos, jugamos, leemos y pasamos gran parte del día libre. Sin entrar en cuan hogareño sea uno, ese concepto se puede aplicar tanto a la casa o departamento propiamente dicho (aunque un departamento es una forma limitada de hogar) tanto como al barrio, la ciudad, el país, el continente y planeta en que se vive. También se puede aplicar al grupo humano con que se comparte gran parte de la vida, tanto la familia sanguínea como la familia de amigos. Y me preguntaba porque a tanta gente le cuesta comprender que el propio hogar no acaba en su puerta ni en su esposa/esposo o hijos (si es que). Sé que el ser humano tiende a ser egoísta por naturaleza (como todos los animales) y busca sacar el máximo provecho a las situaciones para ser más competitivo, pero con la evolución y domesticación el hombre (y varios de los animales domesticados) han empezado a tener empatía por sus congenres y otros seres vivos, dado que la unidad básica de los seres humanos no es el individuo como clama el capitalismo, sino la tribu. La tribu significa no solo el grupo familiar, sino el grupo “hogar”, que con el tiempo se amplió al pueblo, la ciudad, la región geográfica y decanto en la nación, forma macro del hogar. Hoy esto sigue ampliándose, con las tecnologías de comunicación como esta misma que uso, la conexión, empatía y supervivencia del grupo se ha ampliado a niveles globales, el hogar global. En ese sentido los seres humanos desde hace unos 40 años han empezado a sentir la angustia que este hogar global nos los protege como quisieran y temen que este los termine llevando a la catástrofe; pero, por otro lado, mientras lamentan este inseguro hogar siguen haciendo actividades y potenciado la destrucción del hogar.
    En definitiva tengo la sensación de que la gente ya no tiene un hogar, la gente tiene cosas a su nombre en un lugar puntual, una suerte de bodega de la vida. Esto es evidente y patente en Santiago y otras metrópolis que no han crecido para el humano, sino que son impuestas al mismo. Por algo mucha gente tiene esa añoranza de la casa en el campo o en pequeñas ciudades. Tengo la suerte de haber crecido en una, de volver casa cierto tiempo a ella y darme cuenta que cada día quedan menos hogares porque la gente no sabe cuidar siquiera el más pequeño de ellos, y es triste que el mayor es el que menos cuidan.
    Me pregunto amigos, cuando perdimos nuestro hogar o por qué no compartimos el que alguna vez compartimos. Hoy todos somos visitantes allí donde vayamos, esos mismos lugares que durante años habitamos.

Comentarios

Seda dijo…
Quiero que le des la vuelta a esta entrada y escribas un contraargumento de la misma. Porque dia a dia, y vayas adonde vayas -si, incluso en Santiago y otras ciudades-, encuentras evidencias tanto de lo que dijiste como de lo contrario, y es mucho mas optimista pensar lo contrario.

Aunque nadie dijo que este blog hubiera de ser optimista, sino una expresion de lo que te salga del o... a ti, ya se. Pero me apetece leer los dos puntos de vista opuestos, redactados por la misma persona, y en fechas cercanas, para que ningun acontecimiento altere su opinion.

Estoy de buen humor ;) y me creo rodeada de hogares por doquier.
Sebastian dijo…
tu error es subjetivizar lo que yo generalizo, y mi error es generalizar lo que tu subjetivizas...
Seda dijo…
¿Y por que eso iba a ser un error?
Sebastian dijo…
es un error pq ninguno de los dos puntos de vista representa fielmente la realidad