FB

Hoy he comenzado mi totalmente inútil, fútil y ridículamente sin sentido experimento de no usar Facebook por una semana. Y probablemente el mundo siga sin mi en esa semana, pero el quid de mi experimento es ver si yo puedo seguir sin el “mundo” paralelo de Facebook. Como siempre la procrastinación es una variable común en mi vida, son esos largos momentos de no hacer nada práctico donde me meto a ver voyeristamente la vida de otros en Facebook, pero desde hoy ya no es posible. Así me vi obligado a buscar nuevas formas de procrastinación, entre ellas leer artículos, revistas y estudios, escribir más de los habitual o sencillamente tomar sol. Entre todas esas nuevas y antiguas formas de sacar la vuelta me dio por revisar posts antiguos de mi blog.... y joer que era ridículo. Sencillamente no puede evitar reírme de mi mismo y lo que pretendía (o creía) ser. No reniego de quién fui, ni de las cosas que sentía, escribía y hacia; son procesos propios de alguien que busca a tientas aprender de la vida. Si no hubiera hecho, dicho, pensado lo que hacia en esos momentos hoy no estaría aquí, no hubiera aprendido de tropiezos y aciertos. Y aunque muchos son escépticos, he crecido bastante desde esos años (y he mejorado mis gustos y técnicas culinarias) sin dejar de lado mi esencia (especialmente el lado ñoño y bobo). Años han pasado y bueno, heme aquí aún a tientas y probablemente igual de ridículo.

Pd: Y he mejorado notablemente mi ortografía horrorosa.

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Imagen de Niklas Sundin