Inspiración...continuación (Parte II)


Muy temprano salio de la casa. Paso a un supermercado, compro vituallas, cargo combustible y partió. Su perro saco la cabeza por la ventana y así se fue todo el viaje por la carretera austral, aunque incluso cayera agua. Y así viajo durante horas y horas a su izquierda la cordillera y a su derecha el mar. De pronto el primer corte del camino, La Arena, donde debía cruzar por transbordador.
Finalmente llego a Hornopirén, a medio camino entre pueblo y ciudad. No le gusto para nada el lugar, solo bajo a comprar cigarros y conseguirse un buen mapa del sector. Le tentó un momento cruzar a Llancahue, lugar donde se escondió el Dresden en la Gran Guerra, pero finalmente prefirió seguir en auto (su único bien, aparte del notebook, sus comics y su perro).
Tomo el transbordador en Hornopirén y finalmente llego a Chaiten, o lo que quedaba de él. Sin ningún lugar donde asentarse siguió. Las lluvias cada vez eran peores, apenas veía y el camino era un mar de barro. Finalmente llego al camino pavimentado y llego al puente Yelcho. Decidió que dormiría en la hostería de allí, porque el camino después es incierto de noche.
Esta hostería queda a un costado del famoso puente, y más que una hostería, es una casa que ofrece alojamiento y comida bajo la denominación de hostería. Dejando al perro en el auto, entro al lugar. Con sorpresa se encontró en una suerte de gran living - comedor donde reunidos en una mesa en torno a unos mates estaban 3 Carabineros, un viejo y una señora de edad imprecisa (como en general son todas las chilotas que colonizaron esas lejanas tierras). Preguntó con algo de incomodidad donde estaba la recepción. El grupo de los 5 se miraron entre ellos con sorpresa ante este forastero. La señora se presento como la regenta de aquel lugar, y con una gran sonrisa le ofreció un mate, una pieza y una conversación. Ante tanta calidez el forastero no puedo sino sentirse aliviado, pregunto si había problemas con que el perro durmiera en su pieza y con algo de vergüenza agrego que era un perro bastante mimado. La señora y el resto de los comensales se rieron de aquella confesión y la señora respondió que daba igual.
Así paso su primer noche en un medio de la nada, bajo una lluvia torrencial y afuera solo había noche y naturaleza. Mientras compartía un mate con los carabineros y la señora (y el viejo dormitaba), hizo preguntas respecto a cuan movido era el lugar. Si pasaba mucho trafico, si habían muchos comensales. Los carabineros le respondieron que en general en el año hay poco movimiento, generalmente salmoneros, cuadrillas de ingenieros o las cuadrillas de reparación de los caminos. En verano cambiaba el cuento, llegaban cientos de mochileros de diferentes partes de Chile y el mundo: alemanes, israelíes, norteamericanos, franceses, españoles, etc... ¿Y ha pasado algún grupo estos días? Preguntó el viajero mientras prendía un cigarro. Un grupo de geógrafos y topógrafos, le respondió el carabinero de más edad, iban hacia Las Juntas. ¡Y una de las chiquillas es muy re linda! Comento de pronto la dueña de la hostería. No pudo evitar, sino reírse del comentario, y pregunto si era un grupo mixto. Si, le respondieron, 3 mujeres y 2 hombres. Al parecer estaban haciendo un estudio del terreno no se sabe con que fines, aunque parece que trabajaban para una universidad. Pensativo acabo el viajero. Un grupo de geógrafos y topógrafos....
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De pronto me siento totalmente desmoralizado, de la olla al sartén parece.

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