Más extrañas y épicas aventuras de un exiliado puertovarino
Hoy en las extrañas y épicas aventuras de un exiliado puertovarino:
In Taberna quando sumus (o como mi conciencia es inefectiva)
Todo partió en una tranquila junta en un bar. Un grupo de la prensa escrita (un gran grupo) y algunos compañeros de curso. Todo prometía ser una noche relajada de piscolas y conversaciones sureñas, pero NO. De a poco los (en realidad eran muchas más mujeres que hombres) periodistas se empezaron a ir y llegaron algunos compañeros más. Las cosas empezaron a ponerse extrañas cuando mi tocayo llego en un avanzadisimo estado de ebriedad (el weon me sacaba cigarros y nunca se los fumaba y terminaba rompiéndolos, así que me sacaba más y así ad nauseam). Después fui acosado por 2 weones en el baño (me dio miedo y salí corriendo). Tras un fallido after y dar jugo en el paradero de Manuel Montt. Termine volviendo a mi casa, para variar acosado por las putas que se ponen un poco más arriba. Finalmente llegue tranquilamente a mi depto... a seguir piscoleando. En esos momentos, ya llevaba varias piscola encima (para el dolor de mi bolsillo) y mi voz de la conciencia empezó a fallar (o más bien no la pesque) y no encontré nada mejor que convencer a la gente para comprar bebida y cigarros. Salieron las botellas de pisco de emergencia y las cosas fueron yendo a un clímax. Después de muchas piscolas, muchos cigarros, inducir a la juventud a consumir LSD, hurtar chicles de un servicentro a las 9 am, Radiohead, malas respuestas en Facebook, muchos mensajes de texto =P, las cosas terminaron a las 11 AM con las ultimas piscolas y analizando el existencialismo de los saltamontes ciegos del Asia central. Creo que ahora me haré abstemio, vegetariano y católico... NOT
pd: perdón si mis mensajes por Facebook y la sarta de mensajes de texto fueron algo inoportunos ;)
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Un abrazo.