Su ciudad


Anoche se perdió en la niebla después de perderse en las luces. Hacia frío, el alcohol hacia ya efecto y las calles vacías hacían eco de sus pasos. Doblo varias esquinas, todas vacías, y siguió a paso lento por avenidas sin vida. Prendió un cigarro, llego a la esquina y se paro a esperar. El semáforo daba sus colores a autos invisibles, el humo del cigarro se perdía en la niebla y solo se escuchaba levemente el sonido de los audífonos. Beethoven en su magnificencia, la ciudad vacía, niebla, frío y una esquina; ese Santiago le gusta. Una ciudad fantasma, solo para él; su esquina vacía en que espera por la Eternidad a que sus ideas pueblen su ciudad. Paso un rato, Beethoven acabo, se acabo el cigarro. Él debió continuar su camino al auto, debía dormir. Por una hora Santiago fue suyo, quizás nunca más lo sera.
-
No puedo dejar de escuchar esa canción, algo me quiere decir, algo me quiero decir. Sigo sin entender nada sabiendo todo.
-
Que sorprendente lo de los mineros atrapados, todos vivos después de tanto tiempo. Los milagros ocurren, no por mandatos divinos, sino por pura voluntad de hacerlo. Es una lección para todos en este país.
-
Aclaración: iba a subir otra cosa que escribí, pero por temor a afectar a alguien, el manuscrito fue destruido. Se dan las disculpas pertinentes. Gracias por su posposición (grande Ale ;)
-
Imagen de Matias

Comentarios

Zorrooo dijo…
Se me vinieron a la mente muchas imagenes mentales... Es lindo Santiago de noche.

http://naquedecirles.blogspot.com/

Saludos compadre, cambie el nombre del blog.