Sapere aude

-
Juegas con el humo del cigarrillo, hundes tu cara entre tus brazos. Aún no me dices nada, quizás debería preocuparme, pero me invade la paz de una tarde de otoño. Un domingo algo aburrido por estar enfermo, hasta que llegaste tú totalmente silenciosa. Te veías bella, cabizbaja; no triste, pero si melancólica... como toda esta ciudad en otoño.
-
Me recordó a ti. Te veo a ti. Eres tú, mi musa.
Me recordó a ti. Te veo a ti. Eres tú, mi musa.
Comentarios