Caminar & Flujo de Conciencia


Hoy camine por un par de horas. Camine sin rumbo, solo escuchando música, solo viendo y pensando. En realidad no caminaba, me sentía flotar a través de las calles, a través de una ciudad apurada y odiosa. Observaba los arboles sin hojas, cadáveres de alguna vez florecientes y orgullos seres. Observe la cara de la gente, apurada, enojada, cansada, frustrada. Camine rápido para liberar energía, camine lento con mi mente en otros lados. En un momento llegue a un parque. Me senté allí, antes compre cigarros, y me dedique a fumar escuchar Anathema. Cerré los ojos y quede solo. Los abrí y vi frente a mi un zorzal que jugaba con una semilla. Vi un árbol que se doblaba hacia la cordillera que estaba siendo acariciada por el sol que se marchaba al lejano mar. Sentí el fuego caótico dentro de mi, sentí el amor burbujeante, sentí el tiempo que se sentaba conmigo a descansar. Sentí paz y violencia. Y al final vi que aun no maduro, que soy un niño que quiere jugar, que quiere sentir que lo acarician. Reí mucho, porque aunque casi nada me importa, me importo yo y lo que siento. Ahora lo escribo, ahora les dejo leer y que si me importo y que a pesar de todo empiezo a ser feliz. La falta de costumbre quizás me confunde, como me confunden ciertas miradas, como me confunde que todos me miren al rostro al cruzarme en su camino. Hoy fue un día extraño, ando hipersensible, mañoso, confundido, enamorado y con el interior hirviendo en olas caóticas. Dante, dime donde encontrar el Leteo, quizás no hoy ni mañana, pero para saber. Quiero tener el control, no lo tengo, no puedo dejar que las cosas sucedan. Solo sigo el flujo, tanto como hoy seguí mi instinto al caminar, tanto como seguí el rastro de hojas caídas hacia mi mismo.
-
Imagen de mi amigo Matias

Comentarios