Wusteland


Camina del brazo con ella, por un sendero de arena hacia la lluvia lejana. En su camino encuentran una larga y angosta fortaleza, de infinitas y tres puertas cerradas. Ella le pregunta "dime, ¿te acuerdas de esto?" y él solo responde "alguna vez estuvieron abiertas...". Ella lo mira y deja su brazo danzando mientras él la llama con voz muda. Se acerca la lluvia, es la tormenta en brazos de un Djin que rompe la monotonía del desierto. Hace frío, más adentro que afuera, es un corazón que se helo intentando encender otro. El sendero no puede seguir, la fortaleza de puertas cerradas sigue allí, ella lo cruzo bailando, él cavila si vale la pena tomarlo por asalto o retroceder buscando nuevos senderos inexplorados. Es la lluvia que moja todo, que brota las nuevas semillas. Ella quizás se fue, él quizás espera, el tiempo se detuvo mojado en tierras extrañas donde hace más frío adentro que afuera, donde nunca se dice nada pero se escuchan pasos por pasillos angostos. ¿Porque? Porque la fortaleza es cárcel de puertas abiertas, y castillo de puertas cerradas que detiene paseos del brazo y de moja bajo la lluvia. Solo deja bailar en su pasillo y recitar poemas germanos.


Imagen: Zdzislaw Beksiński

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