Hermoso y pequeño llegó. Como un juguete dormía en el fondo de un bolsito tapado con una vieja polera. A veces abría los ojos y miraba extrañado a su nuevo padre. De pronto lloraba como un niño pequeño. Ese seria su primer y único viaje en metro. También seria la primera vez que entraría a un supermercado. Allí conseguí su primera casa propia (de cartón) pero no le gusto y desde ese día que duerme con su papa. Ese día llego entre sombras y luces de velas, de música espiritual y la esperanza de ser una familia. Ha pasado el tiempo y todavía llora, todavía duerme como si estuviera muerto. Todavía lo castigo con la obertura Guillermo Tell, todavía se vuelve loco con Breaking the Law. Todavía y por siempre sera mi hijo y mi esperanza... aunque es tan rebelde.

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